Después de un mes sin escribir, vuelvo a retomar el ritmo para contaros las novedades de esta maravillosa etapa de mi vida.
El día 13 nos tocó ir a la matrona, en mi semana 16, aunque en realidad debería haber sido en la semana 20, pero como la ginecóloga anterior quería controlar el tema de mis pólipos decidió adelantarla.
En esta consulta nos atendió una nueva ginecóloga, primero observó como iban mis polipos quitándole toda la importancia que le dió la anterior doctora. A continuación se centró en ver al bebé, pero la verdad es que se dejó ver poco, porque estaba tan encajado abajo del todo que no pudo medirle los perímetros de la cabeza, el abdomen y el femur.
Me preguntó si ya conocía el sexo, le dije que habían visto que parecía un niño, pero no me lo pudo corroborar porque el tío tenía las piernas dobladas y no quería enseñárnoslo. Tan sólo una vez vió algo y le dió la sensación de que si era un tiarrón.
Como era una consulta extraordinaria, la doctora no se esmeró demasiado en conseguir que se moviera y prefirió esperar a la consulta siguiente. Así que ya os contaré que tal se ha portado en la semana 20.
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